domingo, 10 de julio de 2011

Se trata de latidos.

            Había momentos en que uno se asomaba a la ventana para ver si aún había resplandor del sol en el cielo esa tarde, no se que era más difícil, si ver que no existía luz alguna o saber que tu ausencia aún existía, matando cualquier esperanza posible, pensar y pensar, pensar y pensar, y haber perdido la cabeza en una nube de promesas, y yo estando recostada soñando despierta y respirando realidad después de un rato me levanté descalza, fui a la cocina, preparé café caliente, me senté en el sofá... imaginé que llegabas a mi casa, sonriendo, diciendo que no me soltarías nunca... se trata de latidos sincronizados; los tuyos y los míos. ¿Aún hay esperanza?.

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