A las 2.31am empezó a escribir sobre el origen de todo lo que había pasado. Cuando en realidad, no paraba de pensar en el momento en que su felicidad había terminado. Y no podía olvidar aquella hora, o mejor dicho, aquellas horas que se habían perdido en el aire del recuerdo si nadie las hablaba, si alguien no las transformaba en palabras y las conseguía vertebrar. Aunque sea en forma de notas, aparentemente sencillas, aunque parezca que no hagan más que estorbar y ensuciar las carpetas. las carpetas están para eso. y todo esto, para equivocarse...
...y no, querida amiga, ya no me gustan las promesas.
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