Salimos corriendo, el tiempo se nos venía en encima y ya habíamos perdido suficientes autobuses. Seguíamos sin decirnos nada, no podíamos decir "nos vemos pronto" o "luego te llamo" porque ninguna de las dos cosas eran posibles...
...Un día me dejarás volver a tocar tus párpados con las yemas de mis dedos. Y tú volverás a robarme esas sonrisas. Buscaré en tus bolsillos la paz de mis labios. Recorreré a oscuras la calma de tenerte entre mis brazos, como aquellos días. Lucharé por salvarnos la vida.
Puede que un día vuelva a ser quien fui contigo. Pero seguramente ese día tú ya no seas tú y yo haya dejado de ser el misma.
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